Desplegando Alas con Creatividad.
A veces el camino creativo puede parecer esquivo, especialmente para nosotras las mujeres, que estamos transitando la etapa de la mediana edad. Un período lleno de balances, emociones y cambios. Y voy a aprovechar este texto para recordarme y recordarles que el poder de la creatividad no se desvanece con los años, sino que se transforma y se fortalece.
Y en estos días reflexionando, escribiendo y haciendo reuniones mastermind con amigas y colegas creativas reafirme la importancia de desarrollar, estimular y alimentar nuestra creatividad de manera cotidiana, como un hábito saludable y transformador.
En este período de la vida, muchas veces tendemos a pensar que lo mejor de nuestra creatividad ya ha pasado, que nuestras alas se han rigidizado, cuidando el vuelo de alguien más... Pero es justo en este punto donde la experiencia y la sabiduría se entrelazan con la imaginación y las ganas renovadas para dar lugar a creaciones únicas y auténticas.
Los hijos crecidos y más independientes, los balances en las direferentes áreas puede llevarnos a sentirnos bloqueadas, confusas y a veces perdidas en el vaivén de las emociones. Sin embargo, esta montaña rusa emocional puede ser una fuente de inspiración para nuestras creaciones. Seguir explorando y permitirnos usar esa montaña rusa para plasmarla en lienzos, palabras o cualquier medio que nos permita expresar lo que sentimos, reconectar y crecer a través del arte.
Es comprensible que en ocasiones dudemos de nuestro propio valor como creadoras y artistas. En esos momentos, es esencial rodearnos de personas que nos inspiren y nos muestren que es posible crear en cualquier etapa de la vida. Busquemos a aquellas mujeres cuyas creaciones resuenen con nosotras, permitiéndonos sentirnos identificadas y comprendidas en este viaje artístico.
La creatividad no es una habilidad reservada para unos pocos privilegiados; está dentro de todas nosotras, aguardando a ser liberada. Cultivemos el hábito de crear cada día, aunque sea en pequeñas dosis. Pintemos, escribamos, esculpamos, cantemos, bailemos o hagamos lo que nos llene de entusiasmo y nos permita expresar nuestra esencia. Alimentemos nuestra creatividad con alegría y perseverancia, dejando que nuestras creaciones nos den mayor confianza y fortalezcan en el proceso.
Permítiendonos un espacio cada día para crear, alimentamos nuestra imaginación y en ese rato, podemos explorar mundos dormidos, liberar nuestros miedos y volar hacia horizontes desconocidos. Materializar nuestras ideas nos brinda una oportunidad única para conectarnos con nuestras más profundas aspiraciones y sueños.
Abordar la etapa de la mediana edad con creatividad, puede ser un momento de profunda transformación y crecimiento, y ponernos a crear puede tener el poder de ser la brújula que guíe nuestro nuevo vuelo.
Nutrir nuestras alas creativas diariamente, jugar sin expectativas sobre los resultados, explorar con materiales y sentirnos identificadas con otras creadoras nos ayudará a reencontrarnos con esas alas guardadas y con la inspiración para perseguir nuestro anhelos para la segunda mitad de la vida.
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