Habitar nuestros Sueños...
En algún rincón de la imaginación nacen los sueños, pequeños o grandes anhelos que intentan mantener su brillo con empeño.
Yacen esperando que los hagamos volar,
que los agarremos y los llevemos cada dia un poco más allá.
Pueden ser sueños ambiciosos o humildes,
que desde el corazón se desplieguen esperanzados, invitándonos a caminar tras su estela con pasión.
Vivir soñando es el arte de crear,
un mundo donde todo puede suceder,
es escuchar el susurro del corazón,
y emprender el vuelo hacia la ilusión.
Estimulando al cerebro, al pensamiento,
para romper las barreras, el impedimento,
y en cada célula de nuestra alma vibrante,
sembrar semillas, sueños palpitantes.
No es vano el anhelo que nos envuelve,
en cada paso hacia adelante nos resuelve,
que los sueños son puertas a un porvenir,
que merece la pena atrevernos a vivir.
¿Vivir sin sueños, acaso es existir?
Sin ese brillo en los ojos, ¿qué podemos sentir?
Son los sueños, faros en la cotidianidad,
que nos guían y abrazan en la duda diaria.
Los sueños no solo nos encuentran a nosotros,
es la voluntad y esfuerzo lo que los hará poderosos,
con disciplina y dedicación, los trabajamos,
tejiendo con hilos de coraje para anidar en suelos profundos
Entonces, abrazar tus sueños con pasión,
buscarle alas a cada aspiración,
vivir soñando, que el universo conspira,
para que nuestros anhelos el viento inspire.
Que la vida sea un lienzo en blanco y atrevido,
donde pintes tus sueños con colores encendidos,
y cuando llegue el momento de mirar atrás,
ver que vivir soñando, fue el arte de habitar y habitarnos.
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